Vas a tener que reinventarte

Al mítico Ziggy Stardust le siguió Aladdin Sane. Después vinieron Halloween Jack y The Thin White Duke.

Estoy hablando de los diferentes alter egos sobre los que el gran David Bowie fue construyendo sus múltiples identidades a lo largo de su proliferísima carrera.

Bowie fue un maestro en el proceso de reinvención.

En cada uno de esos personajes supo resignificar y redefinir su arte, no sólo adaptándose sino también, en muchos casos, adelantándose a los cambios culturales y sociales. Tenía clarísimo que la reinvención era un proceso continuo y clave para poder mantenerse relevante.

Claro que el universo artístico no es el único atravesado por los cambios. No importa a lo que te dediques; a vos, a mi, a todos nos atraviesa la misma impermanencia.

Las estadísticas de expectativa de vida nos guiñan cada vez más el ojo, pero eso también hace más probable que tengamos que laburar por más años. A la constancia de los cambios que ya conocemos, ahora se le suma la exponencialidad, radicalidad y velocidad con la que son bombardeados. Encima ahora vino de golpe la IA para patear el tablero y psicopatearnos con todo lo que podemos llegar a perder si no nos acostumbramos a repensarnos rápido.

En una entrevista que le hicieron a Yuval Noaḥ Harari, el escritor de Sapiens, el historiador vaticina que en 10 años los camiones van a quedar automatizados para que se conduzcan solos. Ahí, los choferes van a tener que reinventarse para convertirse en, no sé, instructores de yoga…eso hasta que los dispositivos bioquímicos permitan instruir mejor que los profes de yoga. Y así a reinventarse devuelta…

No sé si todo va a ser tan brutal, pero definitivamente vamos a tener que acostumbrarnos a reinventarnos.

 

Back to the Future

Hace un par de años, durante la Semana Internacional del Diseño, di una charla en la Universidad de Palermo para esa comunidad. Ese día le propuse a la audiencia hacer el ejercicio de imaginar cómo iba a ser el laburo de un diseñador dentro de 10, 20 o 30 años. Chat GPT todavía no existía, pero la comoditización que está sufriendo el rubro, sumado al Diseño Generativo que ya había nacido de la mano de la IA, empezaban a poner en jaque todo lo que hasta ese momento conocíamos como el típico job description de un diseñador.

Las respuestas del auditorio en general giraron en torno a alguna reversión bastante distópica al estilo Black Mirror de cómo iban a necesitar adaptarse rápido a la técnica de alguna nueva tecnología o soft que apareciera.

Aunque es muy jugado hacer cualquier tipo de predicción, sí hay una tendencia que parece ir ganando terreno; en realidad da la sensación que nuestras habilidades técnicas van a ir siendo cada vez menos relevantes y más fácilmente reemplazables por la IA. Al frente estarían pasando nuestras habilidades más blandas, como la comunicación y la capacidad de realizar buenas preguntas.

Siguiendo esa lógica, los diseñadores deberían empezar a preocuparse cada vez menos por dominar el Illustrator para empezar a priorizar su habilidad para resolver problemas. Deberían empezar a pensarse cada vez más como consultores que como técnicos visuales. Su trabajo fundamental va a ser ayudar a sus clientes a comprender los problemas de fondo y a conectar conceptos decisivos, apoyándose en la IA para llegar a más y mejores soluciones.

Conceptualmente, la cosa no debería ser muy diferente en nuestras futuras nuevas versiones. ¿Sabés qué va a pasar muy pronto con todo ese bodoque técnico que venimos acumulando hace años y del que estamos tan orgullosos? La IA se lo va a comer como un panchito.

Por eso, en tu propio proceso de reinvención, pensá cómo podés imaginar una nueva versión tuya que empiece a priorizar mucho más tus habilidades blandas. ¿Cuáles de esas habilidades hoy son tu fuerte y sobre las que te podés apalancar?  ¿Cuáles te convendría empezar a desarrollar más? ¿Qué tipo de proyectos podrías encarar que te desafíen a apostar mucho más en tu costado blando?

 

Joya nunca taxi

Una reinvención implica un rediseño.

Hace casi 20 años que estoy metido en procesos de diseño y rediseño y hay algo que tengo muy claro; un rediseño no es un poquito de chapa y pintura.

Fundamentalmente, un proceso de rediseño (marca, producto o servicio) requiere realizar las preguntas más relevantes -y muchas veces muy incómodas- que nos permitan llegar a la raíz de los problemas que queremos solucionar. Es como ir pelando las capas y los patrones de lo que ya claramente no está funcionando.

La idea es escarbar hacia el núcleo en búsqueda de los valores más importantes y el por qué de su existencia. Esa va a ser la nueva base fundacional sobre la que se realicen los cambios que nos permitan transformar esa marca o producto en su futura mejor versión, esa que una vez resignificada esté a la altura de los desafíos que tiene por delante.

Lo loco es que ahora voy entendiendo que el concepto de rediseño es mucho más universal de lo que me imaginaba.

Como te cuento en este post, hace unos años mientras trataba de surfear una crisis que me llevó a replantearme mi propósito en este bendito mundo, me fui dando cuenta que en nuestra vida personal y profesional el proceso de rediseñarnos funciona de la misma manera y sigue la misma lógica. Lleva dedicación, tiempo y una voluntad honesta de repensarnos profundamente.

Por eso, no te quedes con lo que pienses que puede funcionar ahora sin demasiado esfuerzo. No busques atajos.

Para rediseñarnos en serio, necesitamos pelar bien las capas de lo que ya no nos está sirviendo, deconstruir y escarbar profundo hacia nuestras bases. Necesitamos preguntarnos por qué, cómo y qué es lo que queremos hacer y tenemos para dar. ¿Qué es lo que no tenemos y necesitamos aprender? ¿Qué podemos explorar? ¿Con qué podemos -y queremos- empezar a equivocarnos? ¿Qué necesitamos soltar? ¿Dónde está volcada nuestra identidad? ¿Nos sirve o nos ancla?¿Qué suposiciones estamos siguiendo que pueden ya no ser tan reales?

En todos los procesos de rediseño y reinvención, las preguntas parecen ser muy similares. El primer paso es estar dispuestos a empezar a hacérnoslas para después explorar los caminos que puedan surgir.

 

La palanca de la crisis

Ya que te vengo hablando de crisis personales, la buena noticia que te quiero dar si estás atravesando una, es que los momentos oscuros siempre son grandes oportunidades que podemos aprovechar a nuestro favor para reinventarnos. Eso sí, ojo con la desesperación, porque hay reinvenciones y hay reinvenciones.

A Walter White, su crisis lo llevó de profe de química a reinventarse como drug lord. El medio se comió el fin en sí mismo.

En cambio, la crisis de Ted Lasso lo llevó de coach de fútbol americano en Kansas, a reinventarse como coach de fúltbol (el posta) en Richmond Inglaterra. Era un deporte del cuál no sabía absolutamente nada, pero aparentemente tenía mucho para dar.

En los dos casos, estos personajes se están llevando conocimientos que aprendieron en sus profesiones previas, pero los objetivos y los desenlaces no tienen punto de comparación.

¿La diferencia? Uno se apalanca en un contenido técnico sin importarle las consecuencias en lo humano. El otro es un conocimiento 100% humano que prevalece sobre lo técnico.

Si estás transitando una crisis profesional, es un muy buen indicador que estás en un gran momento para repensarte y reinventarte. Hacé como Ted Lasso, apalancate en tus habilidades más humanas para ayudarte a imaginar tu próximo lugar de aporte de valor. Lo técnico no sólo va a ser reemplazado más fácilmente por la IA, sino que además te puede distraer del foco principal detrás del driver de esa necesidad de transformación. Porque como pasa en Ted Lasso y en  toda gran travesía del héroe, no le vas a tener que dar la espalda a pelar las capas de lo que ya es mejor sanar y dejar atrás.

 

No te conviertas en un viejo lobo

“Más sabe el diablo por viejo que por diablo”. Qué frase tan pedorra y poco precisa que siempre me resultó esa.

Hay muchísimo que nos puede traer la experiencia con el paso de los años, pero ir envejeciendo no necesariamente nos hace más sabios ni más aptos para enfrentar los cambios. En muchos casos, más bien todo los contrario. Refranes como esos nos enquistan. Enraízan en un ego protector que busca prevalecer a base de quedarse en su zona de confort, en vez de tener que enfrentarse a la noción de que tal vez no nos las sabemos todas. Tal vez haya una piba o pibe por ahí que empieza a destrabar desafíos con mayor creatividad y de una manera mucho más eficiente que nosotros con toda nuestra experiencia.

Yo no quiero ser un viejo lobo.

La mejor forma de seguir vigentes es tratando de mantener contacto continuo con gente joven. No sólo tienen mucho para dar, sino que además vienen con ideas y miradas más frescas y con cabezas mucho menos sesgadas, viciadas y prejuiciosas que las que a veces erosiona el paso de los años.

Y si sos de la generación que recién arranca, créetela por un tiempo pero no demasiado. Antes de que te des cuenta, vos también vas a ser una veterana y vas a necesitar abrazarte cual koala a la frescura de las ideas de nuevos cerebritos frescos.

 

Collab, Bro

En el programa de streaming “Soñé que volaba” del canal OlgaTV de Migue Grandados, el “collab bro” ya medio que se transformó en un gag en sí mismo.

Pero creo que Migue Granados tiene clarísimo lo que está haciendo y por qué lo está haciendo.

Al igual que lo hizo Bowie con Queen, Jagger, Cher o Lou Reed, a nivel local Granados sabe que la colaboración es clave para reinventarse, para generar nuevas oportunidades creativas y artísticas que puedan potenciar la experiencia de su audiencia. Están tratando de crecer en un medio ridículamente dinámico. Todo lo que él y su equipo pudiesen planificar hoy, probablemente dentro de un año dejaría toda esa planficación obsoleta e irrelevante.

Su reinvención es diaria y lo logra a través de la colaboración. Entiende perfectamente que los procesos creativos se potencian con la conexión de miradas de invitados de disciplinas muy diversas. Cada uno genera nuevas conexiones que habilitan nuevos caminos e interacciones creativas impensadas y que serían muy poco probables de planificar.

Tiene clarísimo además que esa colaboración es mucho más rica cuando es intergeneracional. Por Olga desfilan todo tipo de invitados, muchos con una banda de trayectoria aportando toda su experiencia, como también las nuevas generaciones con las que se genera una gran sinergia. El programa tiene la capacidad de reinventarse con mucho dinamismo en función a lo que le vaya requiriendo su audiencia y el mercado y eso es, en gran parte, gracias a la cintura que aporta la colaboración.

Para reinventarte, vas a tener que collab bro

 

Y vos, ¿a qué te dedicás?

Reinventarnos es complejo porque muchas veces agita un tema sensible; nuestra identidad.

Nos esforzamos mucho en construirla para darnos seguridad. También porque a esta sociedad le encanta etiquetar y encasillar. Pero me pregunto cuántas otras veces esas identidades tan definidas no se transforman en un yunque que nos ancla y no nos permite reimaginarnos.

Una historia que me encanta para pintar este panorama es la de Giselle Knowles-Carter, una adolescente que arrancó su carrera como cantante de Gospel en una iglesia. De un día para el otro, la industria le empezó a pedir que bailara y se vistiera más sexy, pero ella cuenta que estaba super insegura de sí misma y que le daba mucho pudor. Para hacerlo, necesitó crear un alter ego que la liberara hacia una identidad descontracturada y mucho más extrovertida. Estoy hablando de Beyoncé y a su nueva identidad liberadora la bautizó Sasha Fierce.

Al igual que a Bowie con sus personajes, Sasha Fierce le permitió a Beyonce despojarse de su identidad conservadora de cantante de gospel para desarrollar todo su potencial como artista.

Todos tenemos identidades que a veces nos limitan. Si te interesa conocer un poco más, en este post te cuento cómo eso me estaba limitando a mi en la exploración de mi nuevo propósito. Para poder reinventarnos, un buen punto de partida es preguntarnos si esa identidad que llevamos durante tanto tiempo realmente nos sigue siendo de utilidad o si necesitamos apostar a una nueva que nos permita hacer volar nuestra creatividad mucho más alto. Puede que durante un tiempo nos agarre un poco el síndrome del impostor, nos pasa a muchos. Pero no se supone que tenemos que ser perfectos cuando empezamos algo nuevo, ese es el exitismo que nos impusieron. Lo que se espera de nosotros es que nos comprometamos genuinamente con un proceso de perfeccionamiento continuo de nuestras habilidades para ir creciendo y agregando valor en lo que sea que decidamos encarar.

Lo más increíble de replantearnos nuestra identidad, es que es una decisión y definición que podemos -y creo que nos debemos- hacer nosotros mismos y que nos puede abrir el juego a caminos inimaginables.

Dicho sea de paso, no nos tenemos que casar con ninguna nueva identidad. Beyonce mató a Sasha Fierce después de que en 2008 hubiese sacado un álbum bajo ese nombre y esa identidad. Se dio cuenta que ya no la necesitaba más. ¿Cómo se llamó el disco que sacó en 2013? Sí, a secas “Beyoncé”.

 

Aventurate hasta el último día

Lo último que te quería contar te lo cuento con el con el envión melómano con el que venimos.

Blackstar fue su último disco. En él, Bowie introdujo a The Blind Prophet, su último alter ego, su última transformación.

Es una transformación que se encarna como un personaje multifacético que aborda temas como la reflexión sobre la mortalidad, la sabiduría de una vida bien vivida y los legados artísticos. Era su última transformación porque sabía lo que se le venía.

Bowie mantuvo su diagnóstico de cáncer terminal en secreto porque no quería que le impidiera lanzar su última obra maestra. Cuentan los que estuvieron cerca en ese proceso creativo que el compromiso que tenía con su obra era descomunal. En el medio de la filmación del video de Lazarus, el tercer corte del álbum, Bowie decide dejar la quimio para meterse de cabeza a terminarlo sin interrupciones. 

El álbum Blackstar se lanzó el 8 de enero de 2016, el mismo día de su cumpleaños número 69. El 10 de enero, sólo dos días más tarde, fue su última comunicación:

“This is Major Tom to Ground Control…over and out.”

El enorme David Bowie dejaba este plano y empezaba su Odisea infinita por el Espacio. 

Su arte te puede gustar más o te puede gustar menos, pero creo que el mayor regalo que el hombre nos dejó es su indiscutible compromiso con vivir una travesía artística comandada por la experimentación, la búsqueda de lo diferente y sobre todo, la capacidad y compromiso con el proceso de transformación y reinvención que mantuvo hasta su último día en la tierra.

“No sé hacia dónde voy desde aquí, pero prometo que el viaje no será aburrido.”

Lo dijo Bowie alguna vez y me parece una de sus frases más hermosas. Creo que resume perfectamente su esencia aventurera, una de las cualidades que creo que más tenemos que abrazar si es que queremos tener alguna chance de seguir creciendo y aprendiendo en un mundo que se siente cada vez más vertiginoso y, hasta por momentos, abrumador.

Muy poco va a ser predecible y vamos a tener que poder reinventarnos continuamente. Para poder lograrlo como Bowie, va a ser necesario que podamos abrazar lo desconocido, que experimentemos y que nos embarquemos en viajes con una confianza intrépida y con entusiasmo por descubrir nuevas versiones de lo que somos capaces de lograr.

Abrazo y hasta la próx.

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